El jamón, al igual que otros alimentos perecederos, tiene un tiempo de vida corto para su consumo. Una vez transcurrido ese lapso, este tipo de productos comienzan a tomar un olor o consistencia distinta, como lo es la aparición de baba.
Nada peor que abrir el refrigerador y darte cuenta que ese jamón fresco que compraste hace unos días en el supermercado, está recubierto por una sustancia viscosa. Ante una escena así surge la pregunta ¿será bueno comerlo o ya no?
Te sugerimos no ignorar la presencia de líquido blanquecino o baba en el jamón, aun cuando lo tengas refrigerado. Y es que dicha sustancia es indicativa del crecimiento de bacterias ácido lácticas dentro del paquete del producto cárnico, a causa del contenido de carbohidratos y la humedad, según explica un artículo del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD).
La viscosidad que aparece en el jamón contiene bacterias benignas, y algunos lactobacilos, las cuales son responsables de alterar el sabor y olor de los productos. Por ello, cuando un alimento cárnico se echa a perder, adquiere un sabor más ácido del convencional.
La mejor manera de prevenir la aparición de baba es conservar el producto cárnico en temperaturas de 0 a 2 grados centígrados hasta su consumo final. Y no solo aplica para el jamón, sino para todo tipo de embutidos.
¿Cómo saber si el jamón está en mal estado?
Además de la baba, hay otras señales a las que debes prestar atención para saber si el jamón ya expiró:
Cambio de color. La aparición de manchas negras, moradas y verdes es señal de que el producto está en un nivel avanzado de descomposición. En este caso se aconseja no ingerirlo ya que puede provocar infecciones y problemas gastrointestinales severos.
Presta atención a la grasa. Cuando el jamón se congela en exceso o no se conserva a las temperaturas adecuadas puede generar más grasa de la normal o una sensación aceitosa que le dará al producto un sabor rancio.
Toma en cuenta que el tiempo de vida del jamón en anaquel es de entre 30 a 60 días sin ser abierto, según el CIAD. En casa, será necesario resguardar el embutido en empaques térmicos para ayudar a que conserve el frío hasta su ingesta.
Si bien con el paso del tiempo el jamón pierde su frescura y propiedades, ya sea de pavo o de cerdo, no será necesario llevarlo al congelador, bastará con tenerlo en el refrigerador a la temperatura antes mencionada.
Otro tip para alargar la vida del jamón es envasar al vacío y envolverlo en papel parafinado o film de cocina.
Por otra parte, si se trata de jamón ibérico lo ideal será llevarlo a la nevera y evitar que entre en contacto con la luz.